El gran arte no sólo proporciona al hombre un descanso o interrupción en el curso de su vida trepidante al término del cual se sentirá lo mismo que antes:
En el acto mismo de concentrar nuestras energías sobre un objeto estético, nuestro estado espiritual mejora; hay un alivio en la tensión y una especie de iluminación interior que no existía anteriormente.
El efecto incluye una agudización de nuestras sensibilidades, un refinamiento de nuestras capacidades de cara a la discriminación perceptiva y emotiva, una facilidad para reaccionar más sensiblemente al mundo que nos rodea.
Algunos filósofos del arte, han formulado la teoría de la significación, según la cual el arte se describe más propiamente como símbolo de los sentimientos humanos y como expresión de ellos.
Aquellos filósofos del arte que más han escrito sobre las propiedades formales del mismo no han sostenido generalmente que la forma sea el único criterio para juzgar el valor estético; pero algunos de ellos sí lo hicieron, y se les denomina «formalistas» .
La teoría formalista considera irrelevante para la apreciación estética : la representación, la emoción, las ideas, y todos los otros «valores vitales».
Sólo admite los valores «del medio», que en el arte visual son los colores, las líneas, y sus combinaciones en planos y superficies. La pintura no se perjudica siendo representativa, pero la representación es estéticamente irrelevante según esta teoria.
Un cuadro nunca es bueno simplemente porque representa algo del mundo real, por bien o por conmovedoramente que lo haga. Ni es mejor o peor porque suscite emociones. Sólo las propiedades formales son importantes para el valor estético.
Forma significante es aquella cuya respuesta es la emoción estética.
Pero cuando preguntamos qué es la emoción estética, vemos que es la emoción evocada por la forma significante. Esta definición en círculo vicioso es por supuesto completamente inútil. Sin embargo, resulta claro que la emoción estética no tiene nada que ver con las emociones de la vida, como el gozo o la tristeza.
Es sólo una respuesta a las propiedades formales: en un cuadro, las complejas interrelaciones de figuras y colores organizados en una unidad estética.La mayoría de las personas que dicen sentir placer ante los cuadros pictóricos no reaccionan demasiado a este respecto, y por eso no encuentran el placer específico que las obras de arte pueden ofrecerles.
Es sólo una respuesta a las propiedades formales: en un cuadro, las complejas interrelaciones de figuras y colores organizados en una unidad estética.
La obra de Collingwood titulada The PrincipIes of Art, describe al artista como estimulado por una excitación emotiva, cuya naturaleza y origen él mismo desconoce, hasta que logra dar con alguna forma de expresarla; lo que implica ponerla en presencia de su mente consciente.
Este proceso va acompañado de sentimientos de liberación y ulterior comprensión.
El principal problema radica en si tal proceso es importante para la teoría estética, o si se relaciona más bien con la psicología: con la psicología de la creación artística.
Una de las notas características y generales del arte consiste en que las cosas percibidas (líneas, colores, sucesiones de tonos musicales,etc) PUEDEN ESTAR Y DE HECHO ESTAN IMPREGNADAS DE AFECTO.
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