viernes, 24 de febrero de 2012

Al parecer las terapias de mediación artística, poco o nada pueden hacer por un psicópata


En un primer momento parecería que psicopatía y el arte tuvieran que ser conceptos antagónicos. 
¿Como puede relacionarse el producto más excelso del ser humano, de su sensibilidad y afán de trascendencia, que globalmente podemos denominar "arte", con la inhumanidad, lo grotesco y el crimen, productos característicos de la psicopatía?
 ¿Acaso el psicópata no emplea las armas de lo superficial, del engaño y de la violencia? ¿No hay en la negación del interés por el otro una negación misma del arte?. Podemos simplificar esta teoría planteando dos ideas que, a nuestro modo de ver, han probado ser ciertas, y que son las que aquí nos interesa. 
En primer lugar, siguiendo la línea argumental del escritor americano Roger Shattuck, queremos establecer que el arte puede ser utilizado para fomentar la psicopatía. Es decir, que, con independencia del valor artístico que queramos conferir a un cuadro,  libro o a una película, es posible (y desde luego, se ha hecho y se hace) emplear libros y películas (además de la publicidad)  para fomentar una "cultura psicopática". 
Tal cultura tendría la virtualidad de provocar comportamientos psicopáticos en personas que no tendrían, en su origen, esa condición (la psicopatía), o bien la de facilitar el paso al acto a sujetos que, disponiendo de esa condición, quizá se abstuvieran de agredir en absoluto o, al menos, de agredir o provocar daño y desconsuelo en un modo tan intenso.
En segundo lugar, queremos destacar que existen artistas psicópatas, de mayor a menor gravedad. O bien, para decirlo de otro modo, artistas que están muy cerca de presentar las características plenas de la psicopatía y otros que, sin llegar a serlo, muestran tendencias o actos que, sin ninguna duda, revisten la cualidad de lo psicopático. Así pues, el arte no es un reducto frente a la psicopatía.
Aquí unos ejemplos de artistas psicópatas
Andy Warhol
El líder de la llamada sensibilidad en los años de la "década prodigiosa" que se inició en 1960 fue, sin lugar a dudas, Andy Warhol (1928-1987). 
Como artista, se reveló con sus pinturas llenas de colorido y de ironía hacia la sociedad de consumo.
En un texto escrito por el describió su carácter psicopático, y especialmente en las películas eróticas que dirigía, disfrutaba viendo cómo la gente se denigraba y se humillaba, siendo 
testigo del proceso de destrucción de los que estaban bajo sus órdenes. Una de las víctimas de su capacidad seductora le permitía que escuchara mientras, bajo la influencia de las drogas, realizaba llamadas obscenas. Otra mujer simulaba que era su hermana gemela y, cuando Warhol se cansó de ella, desapareció en el mundo de las drogas.
Warhol era divertido, encantador, inteligente y apuesto. Atrajo a todos los excéntricos y deseosos de sensaciones fuertes desde Nueva York a California. Les necesitaba para sostener su creatividad y su negocio. No le preocupaba abandonar a la gente a la que previamente había seducido con sus habilidades y con su fama. Warhol no tuvo problemas en admitir su conducta inmoral: "No me veo a mí mismo como alguien perverso;..sólo alguien realista". Una de sus compañias femeninas le disparó en una ocasión pero se recuperó y no varió en absoluto su vida.










Picasso
Picasso es un ejemplo de que la virtud artística puede ir reñida con la virtud moral. Ello es mucho más evidente en Picasso que en Sade, ya que éste tenía poco de filósofo.
"La relación entre el caos de la vida personal de picasso y su continuidad fecundidad artística merece comentario. Uno puede ver en la vida de Picasso no sólo un sucederse continuo de nuevas casas, amantes, hijos y escapadas de verano, sino también un fluir constante de estilos nuevos y obras definitorias. Aun cuando uno resista al impulso de percibir una relación exacta entre los hitos de la vida personal de Picasso y los desarrollos de la vida artística, Picasso prosperó, en cierto sentido, a partir de una vida sembrada de embrollos complicados y acusadas discontinuidades". Howard Gardner (1995) de su libro Mentes Creativas.
Picasso colocó el egocentrismo y la crueldad como ejes de su relación con los demás. Sólo se rodeaba de quienes le halagaban y estuvieran dispuestos a servirle, " aun cuando él se reservaba el derecho de tratarles como le viniera en gana, de enfrentarlos despiadadamente unos contra otros, y de echarlos o partarlos de sí a su antojo. Era sádico y podía maltratar físicamente a quienes le amaban". H. Gardner (1995) de su libro Mentes Creativas.
A su lado las mujeres tenían un amargo destino: la locura o la muerte. Su primera mujer, Olga, se volvió loca y murió. Su amante, Marie Thérèse, se ahorcó, otra amante, Dona Marr, sufrió una crisis nerviosa. Su nieto se suicidó bebiendo lejía cuando no se le permitió asistir al funeral de Picasso. Su segunda mujer, Jacqueline, se mató de un disparo después de preparar una exposición de Picasso.
Y a sus amigos o conocidos masculinos tampoco les fueron las cosas muy bien. Picasso fingió no conocer a Apollinare (un promotor de su obra) cuando éste fue acusado sin fundamento de un crimen. Tampoco salió en auxilio del escritor Max Jacob, al que había tratado durante cuarenta años, cuando fue arrestado y enviado a un campo de concentración.
No se recataba a la hora de seducir a las amantes y mujeres de sus amigos. Participó en intrigas para acabar con el prestigio profesional de otro pintor extraordinario, Juan Gris. Cuando su marchante Hahnweiler perdió todo su dinero en la guerra de 1914, Picasso sencillamente le dejó de lado.
La manipulación, el utilizar a la gente como medios para lograr fines, también aparece en la vida de Picasso. Su amigo Sabartés dijo: "Picasso escoge a los amigos como escoge los colores cuando pinta un cuadro, cada uno a su debido momento y para un propósito concreto"Mentes Creativas”.
Picasso era alguien que supo hacer de la pintura un logro extraordinario al tiempo que destruía o dañaba de modo grave las vidas de muchas personas.


Pero el ARTE, no es en sí una TERAPIA DE MEDIACIÓN ARTISTICA,  el ARTE procede del Ego personal de cada uno, es una manifestación de un proceso interior acorde a las vibraciones, necesidades vitales  y percepciones sutiles de cada persona, sea o nó consciente esta de su manifestación, desarrollo  y alcance.

En un taller de arteterapia, la obra no es el fin sino un medio con el que se trabaja. 
Mediante la obra que realizan, se busca que las personas reconozcan parte de sí mismos. Dicha obra debe ayudarles a comprenderse y aceptarse mejor. 
Se espera que descubran parte de sus sentimientos para identificarlos, valorarlos o poder modificarlos si no les gustan. Las respuestas tan diferentes que se dan en una clase y un taller de arteterapia son muestra, clara y directa, de las diferencias fundamentales que existen entre personas que tienen o han tenido una familia que les proporcionen un desarrollo adecuado y los que han tenido un ambiente mucho más deteriorado. 

La función que el arteterapeuta debe desempeñar es: 
- Ser testigo y apoyo en la autoexploración del sujeto. Facilitar la puesta en marcha de todas las potencialidades del mismo. 
- Seguir su comportamiento y los obstáculos que encuentra. 
- Mantener una mirada atenta y constante al proceso creativo  y bajo una conducta neutral .
- Hacer ver que el centro de la terapia es el sujeto 
- Dar importancia la significación que da el sujeto a su propia obra. No buscar propias interpretaciones libres. 
- Alentar la búsqueda, pero sin dar soluciones, es decir, dejar que el sujeto encuentre su propio camino. 
- Mantener una actitud de dialogo y escucha empática (transferencia y contratransferencia) 
- Buscar medios para crear reacciones en el individuo
- Aceptar las necesidades y expresiones del sujeto 
- Explorar áreas de posible conflicto 
- Hacer a la persona consciente de lo que ocurre, dando la información adecuada del mejor modo.


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